Me levanté temprano a eso de las 7 de la mañana, mi padre hacía 2 días que le amputaron un dedo del pie, producto de una infección en una úlcera diabética, por lo que tuve que pedir un permiso especial a la enfermera e ir a despedirme aquel lunes.
Entré al hospital y converse con mi querido Patolín respecto del viaje y de cómo arreglé todo. Se veía bien de salud, por lo que me fui con una tranquilidad que lo habían operado de lo que hace tantos meses se esperaba.
Salí del hospital San José, y cargué el combustible, y me dirigí al cementerio, donde me esperaba mi mamá y mi más que amigo, hermano Leo con la Angela. Nos despedimos frente a Tamara y emprendí este viaje.
Salí cerca de las 11 de la mañana, por plena panamericana en la ya conocida ruta, donde escuchando la música de mi playlist de spotify, fue meditando en el camino. sobre el viaje y qué se vendría en el camino.
10 mts antes de la salida a la Ligua, sse me acabó el combustible, peor con la reserva llegué a una bencinera, donde me desvié 30 kms en total.
Llegué en la tarde a Huentelauquén a comer las ya famosas empanaditas de queso, donde estuve descansando para luego retomar la marcha.
Llegué al atardecer a La Serena, a la casa del papá de mi Chio, donde me atendieron excelentemente.
Pasé 3 días increíbles donde compartí con ella, recorriendo La Serena y Tongoy. Esa Salida fue lo mejor, comimos ostiones frescos con limon y sal. Después fuimos a los juegos con la Fran, diviertiéndonos mucho y terminando en el muelle, un pub donde venden el mítico "poncherazo"
Fueron días espectaculares, pero con una triste despedida, pues los sentimientos que se sienten cuando dejas a alguien, cuando dejas ir a la persona que amas es indescriptible. Te extrañaré, peor volveré pronto.
Después de 3 días increíbles, continué mi marcha hacia Copiapó...
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